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Conocimiento contemporáneo sobre Dios, la evolución y el significado de la vida humana.
Metodología del desarrollo espiritual.

 
Dhyana
 

Ecopsicología/Dhyana


Dhyana

Dhyana es la etapa de los entrenamientos meditativos que llevan al Samadhi.

La meditación es el trabajo de la conciencia dirigido a su desarrollo en el Camino hacia la Perfección, hacia la Unión con el Creador. La meditación se practica en los tres escalones del esquema que estamos examinando (dharana, dhyana, Samadhi).

En el escalón de dharana, los practicantes aprenden, entre otras cosas, a expandir la conciencia en la sutileza y belleza del mundo material y, a través de tal sintonización, logran fortalecerse en la guna sattva.

Luego, mediante el trabajo con el Yidam Divino, pueden entrar en contacto con la Manifestación de la Conciencia Primordial y experimentar el Samadhi.

En el escalón de dhyana, los practicantes realizan el trabajo dirigido al crecimiento de la conciencia y a la obtención del poder en la sutileza.

Y en el siguiente escalón (Samadhi), ellos concentrarán sus esfuerzos en la interacción de las conciencias individuales con la Conciencia de Dios Universal y en la Unión con Él en Su Infinidad.

Vale mencionar que en la etapa de dhyana, el trabajo será más eficaz si uno lo realiza en los sitios de poder especiales, zonas en la superficie de la Tierra energéticamente importantes para el ser humano. Entre estos lugares, deben ser escogidos aquellos que contribuyen a la expansión de la conciencia en los eones sutiles. Su secuencia apropiadamente seleccionada permite al adepto cumplir con facilidad las difíciles tareas de la «cristalización» correcta de la conciencia, es decir, de su crecimiento cuantitativo.

Para el mismo propósito, uno puede usar los baños en agua helada, «el trote meditativo»*, los entrenamientos deportivos combinados con meditaciones especiales y otras prácticas.

La estructura del organismo responsable de la meditación es la «burbuja baja de percepción», cuya parte principal es el chakra anahata, abastecida energéticamente por el dantian bajo (el bloque de los tres chakras bajos).

Desde el mismo comienzo de los entrenamientos meditativos hasta la victoria total en la Unión con la Conciencia Primordial y con el Absoluto, el practicante debe tener en cuenta que el valor principal del ser humano es su corazón espiritual desarrollado. Con éste tal persona se une inicialmente con Dios. Por eso, hay que desarrollarlo y mantenerlo puro por todos los medios.

Todo lo antedicho nos hace comprender que no debemos aceptar estas palabras solamente como una bella metáfora, sino como un conocimiento práctico, como una guía para la acción.

Los propósitos de las etapas examinadas de la ascensión espiritual consisten en aprender a trasladar toda la conciencia al anahata limpio y asegurar su crecimiento primero dentro del cuerpo, luego dentro del «capullo» energético, luego a escala planetaria y luego a la escala del universo en los eones más altos.

De esta manera crecemos como Amor.

¡Dios es Amor, por lo tanto, uno puede unirse con Él sólo a condición de transformarse en el Gran Amor, en el Gran Alma (Mahatma) compuesta de Amor!

Y no existe otro Camino de desarrollo hasta la Divinidad salvo los escalones fundamentales examinados por nosotros ahora.

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