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Conocimiento contemporáneo sobre Dios, la evolución y el significado de la vida humana.
Metodología del desarrollo espiritual.

 
Baños en agua helada
 

Ecopsicología/Baños en agua helada


Baños en agua helada

Uno de los métodos maravillosos que sirven no sólo para la tonificación del cuerpo, sino también para el aumento del poder energético del organismo es bañarse en agua helada.

Fue calculado que al practicar este método, la frecuencia de las enfermedades causadas por el enfriamiento disminuye 60 veces y la frecuencia de las otras enfermedades, 30 veces. Bañarse en agua helada es un método curativo que sana muchas enfermedades, incluyendo la radiculitis, la hipertonía, la tuberculosis pulmonar, la diabetes sacarina, las enfermedades crónicas gastrointestinales, las inflamaciones de los órganos sexuales, los trastornos de los ciclos menstruales, las enfermedades cutáneas, etc. [23,29].

Existe la creencia de que es indispensable empezar a bañarse en agua helada desde el otoño, pero no es correcta. Se lo puede hacer aun en las heladas muy fuertes. Sin embargo, antes de empezar es recomendable aprender las técnicas descritas de autorregulación psíquica. En este caso, tales baños fortalecerán directamente los hábitos de permanencia en los estados psíquicos sutilísimos y salir a la helada sin ropa y sumergirse en agua muy fría no será solamente un acto volitivo, sino también un experimento dosificado y controlado sobre uno mismo para probar si puedo o no mantener los estados sutilísimos en un ambiente desfavorable. Al practicar este método, es conveniente tratar al máximo de no identificarse con las sensaciones del cuerpo y solamente observarlo desde la profundidad de los planos sutiles del espacio circundante.

Durante los baños en agua helada, el organismo responde al impacto del frío con estrés energético que puede ser acompañado con emociones positivas o negativas, lo cual depende de la afinación inicial y de la facultad para la autorregulación psíquica. El sistema energético del organismo aumenta considerablemente su actividad. Comienza la generación intensiva de calor. La afinación psíquica y la no identificación con las sensaciones del cuerpo permiten no sentir el frío ni en el aire ni en el agua aun durante heladas muy fuertes. Al salir del agua, el frío tampoco se siente por algún tiempo y durante las heladas suaves, incluso puede producirse la sensación de calor debido a que el organismo sigue produciéndolo. No obstante, después de unos 10-20 minutos sobreviene el agotamiento de los recursos del organismo y se produce el escalofrío. (A medida que uno sigue practicando este método, estas manifestaciones disminuyen). En los momentos así, el practicante puede calentarse mediante movimientos activos, en un lugar caliente o cerca de una hoguera. El estrés y el agotamiento del sistema energético del organismo desarrollan este sistema aumentando su movilidad y capacidades energéticas.

¿Cómo se practican los baños helados? Debemos entrar en el agua y enseguida sumergirnos completamente (con la cabeza) por poco tiempo. Al subir a la superficie, debemos esperar hasta que la respiración se calme y luego, reteniendo la respiración, debemos sumergirnos otra vez por un tiempo más largo. Durante este tiempo podemos observar cómo las condensaciones de energías negras salen volando del cuerpo, lo que da por resultado su curación.

Uno de los divulgadores más conocidos de la tonificación con el frío en Rusia era Porfiry Korneyevich Ivanov, quien demostró, con el ejemplo de su vida, la posibilidad de la unión armoniosa con la naturaleza en todas sus manifestaciones. Él, aun en las heladas muy fuertes*, andaba descalzo y sólo en calzoncillos, se bañaba muchas veces durante el invierno en los depósitos naturales de agua, se duchaba con agua de los pozos y pernoctaba sin ropa en la nieve.

Sin duda, bañarse en agua helada es la práctica más eficaz para templar el cuerpo, pero no se aflijan si cerca de su casa no hay un depósito de agua apto para este propósito. Usted puede, por ejemplo, correr descalzo sobre la nieve o, si existe tal posibilidad, acostarse sin ropa sobre ésta. También puede permanecer acostado en una bañera con agua fría por algún tiempo.

Con todo, hay que tener en cuenta que el agua con una temperatura mayor a 8 grados centígrados ya no inicia eficazmente los procesos energéticos descritos. Bañarse en esa agua es menos eficaz y puede incluso causar un resfrío a las personas no entrenadas.

Los tratamientos con el frío también pueden ser realizados junto con los entrenamientos especiales para deshacerse del cansancio o cuando sentimos que, por alguna razón, hemos perdido la armonía interior o dejado de ver la luz en nosotros mismos.

Todos estos tratamientos deben ser realizados necesariamente a la par con la autorregulación psíquica y no sólo como actos volitivos. Tampoco es adecuado tratar de intensificar el efecto con los contrastes bruscos de temperatura. Por ejemplo, si queremos echarnos encima un balde de agua fría, primero sumergimos allí las manos y experimentamos cómo los flujos de frescura y alegría dichosas suben a través de éstas. Luego lavamos la cara con esta agua y experimentamos la alegría y frescura que entran en nosotros a través del rostro. Echamos un poco de esta agua con las manos sobre la cabeza e imaginamos que es el agua de un charco primaveral de un prado, que es la primavera misma. ¡Entonces aparecerá el deseo sincero de unir el cuerpo entero con esta agua!

Después de bañarnos o ducharnos, observemos los procesos energéticos en el organismo. Podemos ver allí la ignición de luz-fuego blanco brillante que debemos avivar y expandir uniformemente por todo el espacio dentro del cuerpo. Este fuego elimina las energías groseras y sana el cuerpo.

Para finalizar este capítulo, debemos mencionar que aun las personas que no dominaban previamente la autorregulación psíquica fueron salvadas de graves enfermedades consideradas incurables, incluso del cáncer, a través de la práctica de los baños en agua helada. También son conocidos muchos casos de sanación rápida de las enfermedades respiratorias en estado agudo a través de este método. Además, los entusiastas de los baños helados ya acumularon cierta experiencia en la curación de los niños, y este tema merece ser estudiado bajo todos los aspectos.

No obstante, debemos destacar que los baños en agua helada no son una panacea*. Por ejemplo, durante las enfermedades crónicas, cuando se producen solamente pequeños aumentos de la temperatura del cuerpo, este método no siempre da resultados positivos. Según parece, en estos casos el organismo ya no tiene recursos energéticos que puedan ser activados a través de la sumersión en agua helada y a estos enfermos, más bien, les pueden ayudar los baños hipertérmicos (de alta temperatura) [31].

Es inadmisible forzar a alguien a tomar los baños en agua helada, aun con los propósitos curativos, puesto que la efectividad de este método depende en alto grado de la disposición psíquica del participante.

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